lunes, 24 de enero de 2011

Cíngara

¿Por qué cíngara, me preguntaron por ahí?
¿Y por qué no ? Respondí burlona.
Pero veamos... por qué no una cíngara, si las cíngaras están bañadas de esa magia y misterio de países lejanos y de lenguas perdidas. Porque cargan con un par de ojos profundos y largas cabelleras seductoras. Porque... al contrario de lo que muchos creen... ellas huelen a mirra y a benjui, a sándalo y almizcle. Untan su piel con aceites y sellos secretos. Conocen los misterios de los oráculos y son seguidoras de la Diosa, ahora llamada Santa Sarah.
¿Cómo no caer bajo el trance de sus danzas bamboleantes y vestidos de colores? ¿Cómo no querer recorrer lo recóndito de sus pieles? Pernoctar en sus cavidades... ¿explorar aquellos surcos y relieves?
¿Por qué no querría yo, ser una cíngara, si alguna vez en mi tierna infancia, viví junto a su casta y permanecí bajo sus leyes?
"Se necesitan siglos de raza para esculpir un cuerpo como el tuyo"
Eso es una gitana... siglos de raza, mezclas infalibles de castas desde los rincones más lejanos del mundo.
Porque no hay amor más fuerte y poderoso que el amor de una gitana. Porque cuando una gitana ama, derribará a los dioses si así es necesario.

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